Afectaciones dermatológicas en los pies
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¿Qué son estas afectaciones?

La piel de los pies está sometida a mucho más que fricción y sudor. Es una zona que, por su exposición constante al calzado y la carga del cuerpo, tiende a desarrollar patologías propias que no siempre se resuelven con cremas o remedios caseros.
Hongos, verrugas, piel seca, durezas que no se van, irritaciones, grietas… son más comunes de lo que parece y, cuando no se tratan de forma adecuada, pueden cronificarse o agravarse.
En esta página te contamos cuáles son las afectaciones dermatológicas más habituales en los pies, cómo identificarlas a tiempo y cuándo es recomendable consultar con un podólogo.

Problemas dermatológicos más comunes en los pies
Los pies no solo sufren por cómo pisamos o por el calzado que usamos. También pueden verse afectados por diferentes alteraciones en la piel que, si no se detectan a tiempo, acaban dando la cara en forma de molestias, infecciones o cambios visibles.
Estas son algunas de las más frecuentes:

Hongos (pie de atleta y onicomicosis)
Uno de los problemas más habituales. Pueden aparecer entre los dedos, en la planta o incluso en las uñas. Suelen causar picor, enrojecimiento, descamación o mal olor. No siempre duelen, pero son persistentes, contagiosos y difíciles de eliminar sin tratamiento adecuado.
Verrugas plantares (papilomas)
Causadas por el virus del papiloma humano (VPH), aparecen en la planta del pie como pequeñas lesiones con aspecto de dureza o callo, pero que duelen al presionar o pellizcar. Su tratamiento requiere control profesional para evitar su propagación y eliminarlas por completo.
Hiperqueratosis (durezas exageradas)
La piel genera dureza como mecanismo de defensa, pero cuando se acumula en exceso puede generar dolor, grietas e incomodidad al caminar. Es importante tratar la causa (presión, calzado, pisada) y no solo eliminar la capa superficial.
Grietas y sequedad extrema
Cuando la piel se reseca demasiado, sobre todo en talones, pueden aparecer grietas que no solo duelen, sino que pueden llegar a sangrar o infectarse. Es algo muy común en verano o en personas mayores, y se puede tratar con un abordaje personalizado.
Infecciones por exceso de sudoración (hiperhidrosis y bromhidrosis)
El sudor excesivo en los pies crea el ambiente perfecto para bacterias y hongos. Puede provocar mal olor persistente, irritación o incluso maceración de la piel. Es importante tratar no solo el olor, sino su origen.
¿Por qué es importante tratar estos problemas con un podólogo?

